Existen muchos estereotipos y estigmas sobre las personas con discapacidad intelectual. Socialmente se cree que todas las personas con esta condición de vida son “incapaces” de cuidar o ayudar a otros, más bien, ellos tienen que ser los atendidos. Esta cosmovisión social los excluye de cualquier forma de interacción donde ellos sean los que apoyan y ayudan.
Fue gratificante ser partícipe del voluntariado que hicieron nuestras chicas y chicos el día del niño con el DIF. Lo más enriquecedor fue observar como fungieron como apoyo de los niños y niñas participantes en el circuito organizado ese día.
El circuito consistía en concientizar a la niñez sobre las diversas discapacidades existentes. Todo comenzaba con un recorrido en silla de ruedas (discapacidad física) o con los ojos vendados y un bastón (discapacidad visual). Si el participante comenzaba con la silla de ruedas, una persona voluntaria o trabajadora del DIF, se encargaba apoyar a subir al niño o niña a la silla de ruedas y lo llevaba por el espacio delimitado para la actividad, si de lo contrario, al niño o niña le tocaba la segunda opción, la persona encargada debía guiarlo con su hombro a la siguiente estación. Para finalizar esta etapa, los niños y niñas tenían que pasar por un túnel y terminaban en una alberca de pelotas. Un poco de extrañeza y desconcierto aparecía en la cara de aquellos que les tocaba subir a una silla de ruedas, en cambio, los niños y niñas que eran elegido para usar el bastón y tener los ojos vendados, se desesperaban y terminaban sin completar de forma exitosa la actividad.
La segunda actividad iniciaba con colocar antifaz a todos los infantes ordenadamente formados para su turno. Sucesivamente se les instruía para tocar los elementos que se encontraban adentro de las bandejas colocadas una de lado de otra en una mesa enfrente de ellos. Para poder dar comienzo al participante, éste ya debía tener los ojos vendados, se le daba una pequeña introducción al odio “Existen personas que al no poder ver desarrollan otras habilidades muy importantes, como el tacto. Te pido que al tocar las cosas que están a continuación intentes adivinar de que se trata”. Después, uno por uno iba pasando y tocando los elementos que se encontraban en las bandejas. Algunos lo hacían despacio, mostraban interés y realmente querían adivinar, otros no mostraban interés, pasaban tocando todo rápidamente y sin antifaz, otros tantos iban tan lento que era necesario apresurarlos para que los demás participantes pudieran iniciar.
Del cúmulo de personas encargadas de apoyar a los infantes a realizar estos circuitos, tres fueron nuestros usuarios con discapacidad intelectual. Uno de ellos fue el encargado de transportar en silla de ruedas a los participantes en la primera actividad, con paciencia apoyaba a subir a los más pequeños, les ponía el cinturón y los trasladaba de un lugar a otro. Para la segunda actividad, se encontraban dos de nuestras usuarias, su principal labor era apoyar a los pequeños en colocar su antifaz y en tocar los objetos de las bandejas.
Los tres se tomaron muy en serio la actividad que realizaron y fueron de mucho apoyo porque había gran cantidad de niños y niñas queriendo participar.
A pesar de que se tiene una visión errónea de las personas con discapacidad intelectual porque se cree que tienen necesidad de ser atendidos al no comprenden el mundo que los rodea y se les piensa incapaces de poder cuidar y apoyar a otros, en este voluntariado se observó todo lo contario, nuestros usuarios y usuarias fueron los principales apoyos del staff del DIF e hicieron un trabajo excelente con las niñas y los niños.
El circuito realizado por el DIF fue enriquecedor al tener como objetivo poner a los infantes en “los zapatos” de una persona con discapacidad. No pudieron tener mejores voluntarios que nuestros usuarios con discapacidad intelectual, ¿Quién puede entender mejor la discapacidad que las personas con discapacidad?.
Es importante que se sigan abriendo espacios con actividades para concientizar sobre la discapacidad y es fundamental comprender que todas las personas con discapacidad pueden fungir como sujetos que apoyen y ayuden a otros, tal como lo hicieron nuestros usuarios ese día y como lo pueden llegar hacer en cualquier otro momento.