Iniciando el año en nuestro blog, tocaremos un tema que es vital para todos, la seguridad. Este artículo lo escribe la Tanatóloga Claudia Trujillo, mamá de Jimena una de las inquilinas del Programa Vida Independiente.
Tengo el gusto de escribir y compartir por segunda ocasión en esta publicación de la Fundación Inclúyeme, mil gracias.
Hoy comparto un tema de gran importancia para nuestros hijos, hermanos y familiares que viven y se caracterizan como seres únicos y, aunque con limitantes regulares, tienen otras capacidades mucho más desarrolladas incluso que nosotros mismos.
El tema “SEGURIDAD” es absoluto y vital para enseñar y transmitir a seres que solemos pensar que una de sus características es la inocencia o falta de malicia, pero que sin duda debe ser inculcado para su día a día.
En mi experiencia como mamá de Jimena y como tanatóloga, comprendo que, aunque nuestros hijos o familiares con capacidades especiales también son únicos, para cada uno habrá que descifrar su lenguaje base y metodología muy personalizada, para que hagan de ellos ciertas formas y hábitos que los mantengan a salvo y se prevengan en lo posible de ciertos peligros.
Soy partidaria de no ponerlos en alerta con terribles historias y tragedias que, aunque sí se suscitan en nuestra sociedad, también es una realidad que en algunas ocasiones no logran entender ciertas expresiones, esto hará no puedan lidiar con circunstancias difíciles, y más allá de que lo puedan entender, les causaremos un estado de ansiedad y angustia que no podrán decodificar y sí alterar su vida diaria e incluso en la etapa sueño. Sin embargo, sí explicarles desde la forma más sencilla la diferencia de un “buen acto” y un “mal acto”, las intenciones, limitantes de terceros hacia su persona, su derecho a decir “NO”, la cercanía real y confianza que se gana la gente de nuestro entorno y la que no, así como las consecuencias (a cada uno en su edad y en el nivel de comprensión que tengan de acuerdo a su madurez emocional).
Así pues, los hábitos que debemos formar e incluir en su rutina son una de las herramientas de las que debemos estar atentos hasta que las hagan suyas, como:
• Aprender a manejar un celular (en lo posible) y que tenga los teléfonos de la gente que puede auxiliarlos en situaciones inesperadas.
• Verificar que todos los días lo lleven consigo, carguen la pila, así como tener un lugar específico para ubicarlo y evitar olvidarlo.
• Traer una credencial o placa con sus datos principales o una placa con una cadena que no se quiten nunca.
• Que se aprendan sus datos de memoria.
• Permanecer atentos a cualquier cambio de ánimo y recordar que quizá les sucedan cosas “nuevas” que no sepan descifrar y, por ende, no nos comuniquen de inmediato por no haberlas asimilado, pero que al conocer a nuestros hijos, podremos saber que algo distinto ha sucedido, entonces buscar el tiempo, espacio y su disponibilidad para que, con todo el tacto y paciencia, nos puedan contar lo que podría ser de gran importancia para su seguridad, o quizá, como hay ocasiones y me ha sucedido, no es algo de peligro, pero sí es algo no asimilable para mi hija. El conocimiento, aceptación y asimilación de las características de nuestros seres amados es de suma importancia para poder escanear cualquier cambio de conducta o personajes nuevos que se acerquen con intenciones no sanas.
Claudia Trujillo Matamoros es Relacionista Pública, Coaching Personal Tanatológico y mamá de Jimena, quien forma parte del Programa Vida Independiente.