La salud también es mental.

Generalmente cuando escuchamos hablar de salud, nos enfocamos en ideas que tienen relación con algo negativo que hemos vivido o que hemos escuchado de alguien más, por ejemplo, vienen a nuestra mente imágenes asociadas a enfermedades, sufrimiento, hospitales, tratamientos, medicamentos, cambios abruptos, e incluso la muerte.

Pero pocas veces asociamos el término “salud” con imágenes o experiencias como la calma, la prevención, poder sonreír o disfrutar lo que hacemos, alegrarnos por una comida, una salida con amigos, respirar sin dificultad, tener éxito en lo que hacemos, aprender algo nuevo, concentrarnos fácilmente o tener buen ánimo.
Cuando el cuerpo está afectado por algo, inmediatamente cambian nuestras actividades y buscamos la forma más rápida de atendernos y recuperarnos, pero cuando nuestras ideas, nuestras emociones o sentimientos se afectan a veces no lo notamos, ni nos parece importante atenderles.

Por supuesto, sentir estos malestares, no tiene que tener la connotación de “estar enfermos” pero sí, de atendernos y cuidarnos, porque como en todo malestar, esto puede avanzar y representar un problema importante después.

La salud mental inicia desde la identificación de algún cambio en nuestra vida o rutina que nos parezca extraño, aquello que esté vinculado con emociones poco agradables, conflictos constantes que antes no teníamos y en casos más avanzados conductas riesgosas para la propia persona o personas cercanas.

Luego de la identificación, el acercamiento a instituciones o especialistas es el siguiente paso, ya que ahí se descartará o confirmará si es necesario un apoyo, pudiendo ser este un espacio psicoeducativo, de acompañamiento, psiquiátrico o incluso médico pero que se identifica a través de las emociones.

Y finalmente debe ser claro para la persona por qué este malestar es importante atenderlo, en que afecta, que cosas cambiaron desde su llegada, cómo estaríamos mejor, ya que, si no representa para nosotros un problema, una limitante o algo riesgoso, es poco probable que lo resolvamos o mejoremos, se trata de ver a la salud, como una aliada de lo que somos y hacemos y no como una exigencia a cubrir.

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