Sin embargo, el que una persona cuente con habilidades para poder participar activamente en su comunidad, no es suficiente ni garantiza su inclusión. Hoy en día aún existen barreras sociales que evitan o dificultan que una persona con discapacidad, pueda ir al parque, asistir a la escuela o desempeñar un trabajo. Así tan cotidianas como pueden sonar esas actividades, no necesariamente son una realidad para esta población.
Por esta razón, en Inclúyeme nos apasiona compartir nuestro proyecto con el mayor número de personas posible. Con el paso del tiempo, nos hemos dado cuenta que una de las principales razones por las que no se incluye a las personas con discapacidad es porque no sabemos cómo hacerlo. Describir el trato que debe darse a una persona con discapacidad es tan difícil como describir el trato que debe darse a cualquier persona; sin duda éste debe ser respetuoso, cordial y contemplando a la persona como alguien particular con sus propios gustos, intereses y habilidades.
El convivir y relacionarse con las personas, nos permite conocerlos en mayor medida, entendiendo que cada uno de nosotros somos únicos. Lo mismo ocurre al convivir con las personas con discapacidad, lo que nos permite ir conociendo a las personas más allá de la discapacidad aprendiendo que esta es tan solo una característica más, pero que ésta no las define.
La convivencia directa sin duda es primordial para lograr el cambio social que buscamos, pero para poder lograrlo se requiere de muchas más cosas que la apertura social hacia la inclusión. Es por esto que también requerimos apoyo dentro del diseño, administración y seguimiento de los programas y la operación de los mismos.
Desde la constitución de Inclúyeme, muchas personas decidieron dedicar parte de su tiempo para apoyar a que un mayor número de niños con autismo pudiera contar con una educación acorde a sus necesidades de manera que pudieran desarrollar habilidades para la vida.
Hoy en día, contamos con un equipo directivo voluntario que día a día orienta nuestro trabajo, nos contagia su pasión y nos inyecta energía para seguir promoviendo e implementando acciones de desarrollo de habilidades de personas con discapacidad intelectual y/o dentro del espectro autista.
A lo largo de la historia de Inclúyeme han colaborado voluntariamente muchas otras personas que, con una visión profesional y cada uno desde su trinchera, han ido apoyando que el modelo y los programas de la institución se fortalezca. Asimismo, también contamos con personas que semanalmente, ya sea diario o algunos días a la semana, contribuyen con su tiempo apoyándonos en tareas cotidianas.
Como institución hemos aprendido a definir y delimitar los campos de acción para el Voluntariado, además de reconocer el potencial de nuestros participantes, conscientes de que cada individuo cuenta con habilidades, aptitudes y características particulares con base en las cuales se puede determinar las actividades en donde pueden aportar más a la causa. Con ello estamos garantizando que el trabajo de Voluntariado sea una actividad de desarrollo para Voluntario que impacte favorablemente en la organización y principalmente en sus usuarios.
Dentro de un proceso de mejora continua cada día hemos ido optimizando y dando forma a nuestras opciones de voluntariado, estableciendo distintos mecanismos de ingreso y permanencia y seguiremos fortaleciéndolos para poder aprovechar al máximo el talento de voluntarios en pro de la inclusión de personas con discapacidad.
Si te interesa conocer más formas en las que puedes apoyar ingresa a la siguiente liga, www.incluyeme.org/Apoyo o envíanos un correo a contacto@incluyeme.org También pueden encontrar convocatorias a proyectos específicos de apoyo en las plataformas Appúntate y Aporta ¡Inclúyete en Inclúyeme!
*Directora de Desarrollo de Fundación Inclúyeme