Se han puesto a pensar ¿qué
pasa con aquellos niños y jóvenes con discapacidad que han sido maltratados y/o abandonados y son retirados de sus familias, quedando a cargo del Estado?
Tal vez solamente se queda uno con la imagen del “pobre niña / niño con discapacidad y además, sin familia”. No imaginamos que esos niños se convierten en adultos, en situaciones de vida limitadas a modelos de atención asistencial, en donde en el mejor de los casos, cuentan con TECHO, COMIDA y CUIDADOS MÉDICOS; pero ni hablar de derechos, inclusión y participación social.
Hace 2 años llegó a nuestra Fundación Inclúyeme una persona que vino a romper esquemas y a ampliar visiones.
En septiembre de 2016, DIF CDMX se acercó a nosotros para pedir ayuda, orientación y apoyo. Tenían a su cuidado a una chica de 25 años, víctima de abuso del caso Internacional de Casa Esperanza (caso de una casa hogar en donde vivían en condiciones inhumanas) y rescatada por Disability Rights, junto con decenas de jóvenes.
La chica no lograba ser acomodada en ninguna otra casa, por lo que vivió cerca de 1 año en un cuarto de hotel, prácticamente sin interacción con otras personas, pero el destino le tenía preparado algo que cambiaría por completo su vida.
Susana (por ponerle un nombre) se integra al Programa de Vida Independiente de Fundación Inclúyeme, viviendo los 7 días de la semana en un departamento con otras chicas y su facilitador.
En este espacio, con un programa personalizado ha ido desarrollando poco a poco habilidades de cuidado personal, de comunicación y socialización, preparación de alimentos, uso de la comunidad. Actualmente está desarrollando las habilidades necesarias para poder contar con un trabajo remunerado y así día a día va logrando mayor autonomía.
El camino no ha sido fácil, fue un cambio radical para ella. El vivir en un ambiente de respeto, digno, con derecho de opinar, de ser escuchada, de ser tomada en cuenta y tratada como una PERSONA es ahora parte de su realidad.
Tan es así, que cuando la Comisión de Derechos Humanos del D.F. platicó con ella el año pasado para darle seguimiento a su caso, Susana expresó “ahora soy feliz”
Con su apoyo podremos seguir dando OPORTUNIDADES para todos.