¿Cuánto puede significar un “espera, con calma” para una persona que desde los 6 años ha estado en ESPERA?… En espera de una explicación, en espera de estabilidad, en espera de algo diferente a lo que estaba viviendo todos los días, una espera de 19 años.
Hace 365 días, aproximadamente, conocí a un joven bien peinado, de estatura mediana, cabello lacio y negro, piel morena. Vestía pantalones de mezclilla, camisa a cuadros, saco y tenis. Su actitud mostraba nerviosismo, ansiedad e impaciencia.
Él ESPERABA ansioso nuestra llegada. Tenía una cita en la que se presentaría como “Dodo” ante un comité de 5 personas desconocidas, las cuales sólo teníamos un objetivo ese día: conocer a chicos que pudieran ser candidatos a un Programa de Des-institucionalización, el cual buscaba contribuir a la vida de los jóvenes una mayor inclusión.
El primer encuentro no fue tan esperanzador. Las dificultades en la conducta estaban siendo barrera para que Dodo pudiera participar en el proyecto en cuestión. Las visitas subsecuentes nos permitieron tener una mayor visión de quién era este joven; Dodo tuvo una infancia muy complicada, rodeado de violencia, abusos, violaciones a sus derechos, ilusiones y desilusiones, inestabilidad de residencia e incertidumbre.
Reflexión: ¿Las barreras habrán sido su vida misma y sus conductas una respuesta a éstas?
Y, a pesar de todo lo vivido, Dodo no deja de ESPERAR…
Las primeras entrevistas fueron complicadas debido a la dificultad en su expresión verbal. Su habla se encuentra afectada, y al parecer ésta ha ido empeorando con el tiempo (no se sabe la razón).
“…ayuda, vida diferente, trabajo, tacos, salir, conocer, camión, yo querer aprender…Esas palabras las puede decir y son claras para los oyentes…”
Escuchar a este joven mencionar con tal claridad lo que deseaba en su vida fue más que suficiente para saber que él podría beneficiarse del programa que estábamos ofreciendo. Tal vez podríamos aportar “algo” a su vida, algo a su ESPERA …
Dodo, es un joven de 25 años que vive en un Centro de Acogimiento residencial (Casa Hogar). Desde los 6 años fue separado de su familia (por ser víctima de maltrato) y llevado a una casa hogar para niños pequeños. Desde sus primeros años de vida ha tenido que aprender a adaptarse a las situaciones que le presenta la vida, sin poder participar en ella; recibir, disfrutar del momento, agradecer, soportar y acomodar son habilidades y valores que le permitieron llegar a ser quien es ahora.
“… lo que no te mata, te fortalece”, dicen por ahí…
Al paso de los años, Dodo crecía y tenía que cambiar de residencia debido a la edad o a cierre de la institución. En este largo camino vivió buenos y malos momentos. Fue adquiriendo fuerza, personalidad y también mucho enojo y rencor; Dodo siempre en la ESPERA de algo diferente, de algo mejor.
A lo largo del tiempo, han habido personas importantes para Dodo, las cuales han sido cómplices de nuevas esperanzas, de mayores responsabilidades, de expectativas diferentes, ahora bien, hay tanto que contar respecto a la vida de Dodo que espero, algún día, él mismo pueda relatar su propia espera. Lo que sí puedo compartir con ustedes es mi experiencia de vida desde que lo conocí.
Dodo es una de esas personas que provocan el verbalizar un pensamiento que he escuchado en varias ocasiones: “este chavo, si hubiera tenido oportunidades, su vida hubiera sido diferente”.
Es ahí en donde uno DEBE conectar el pensar, el decir y el hacer, es cuando como equipo de profesionales y grupo de humanos sensibles con obligaciones morales y éticas debemos reaccionar y ser parte de ese cambio del “qué hubiera pasado…” al “qué pasaría si…”.
Desde hace 10 meses, aproximadamente, Dodo, con el apoyo de DIF CDMX, directivos y maestros del Centro de Acogimiento, Fundación Inclúyeme y profesionales externos, inicia un proceso de des-institucionalización, el cual pretende brindarle herramientas y apoyos que le permitan tener un proyecto de vida más inclusivo con apoyos. El apoyo emocional y el acompañamiento en el desarrollo de habilidades cognitivas y sociales han sido los servicios considerados como prioritarios y fundamentales para este proceso, y así construir una base emocional más fortalecida para poder resistir y aguantar las nuevas vivencias y experiencias de vida, encaminadas hacia la inclusión, hacia una vida con mayor participación con apoyos.
A partir de junio de este año, Dodo inicia un programa de desarrollo de habilidades para el uso de la comunidad y se integrará a un centro de capacitación laboral en donde podrá adquirir habilidades que le permitan, en un futuro, incluirse al trabajo.
La ilusión, los nervios y el miedo están presentes en Dodo. La espera sigue presente en él, siempre esperando algo mejor.