El nacimiento de un hijo con discapacidad es algo inesperado que rompe con las expectativas del hijo perfecto deseado. La nueva situación cambia la dinámica de toda la familia; los padres, así como los miembros más cercanos (abuelos/hermanos), transitan un camino complejo en la búsqueda de especialistas y servicios.
El aumento en la expectativa de vida de las personas con discapacidad intelectual, implica que los padres se vean en la necesidad de proporcionar apoyos en forma extensiva, llegando éstos últimos a la tercera edad en donde el desgaste físico y emocional aumenta mermando la calidad de vida de las familias. Hasta el momento, la mayoría de los servicios se han centrado principalmente en el núcleo familiar, de niños y adolescentes con discapacidad intelectual pero aún no existe una adecuada red de servicios y apoyos para las personas adultas con discapacidad intelectual y sus familias.
El papel de los profesionales y especialistas es fundamental durante el progreso de cada etapa del ciclo vital. La información asertiva resulta ser un elemento crucial, así como la convivencia y la construcción de redes de apoyo en donde puedan compartirse sentimientos y experiencias con otros padres en las mismas circunstancias. Esto promueve las fortalezas y herramientas en las familias aún en tiempos de crisis.
Fundación Inclúyeme pone especial atención al trabajo con las familias. Por ello, hemos desarrollado un servicio integral, optimizando sus fortalezas y brindando las herramientas necesarias para mejorar la calidad de vida de la famiilia.
Para este año, nuestro objetivo es ofrecer 6 talleres para las familias de nuestros inquilinos y 33 talleres para los padres de los usuarios de las organziaciones aliadas a Inclúyeme. Con ello, buscamos construir un contexto más sano para cada uno, que redunde en calidad de vida, tanto para las familias como para las personas con discapacidad.