¿Alguna vez te has preguntado quién eres?

Cuántas veces te has hecho la pregunta “¿Quién soy?”, seguro que pocas. Resulta que es necesario hacerlo y probablemente te estés preguntando; “¿por qué es necesario?; ¿es importante hacerme esa pregunta? Pareciera hasta absurdo hacer esa pregunta, si me preguntaran a mi: “¿quién eres?” sin dudar, porque cómo dudaría de eso, respondería: Diego. Quizá añadiría mi edad, a qué me dedico, qué hago y, quizá, ciertos adjetivos que me describan físicamente. No obstante, ¿eso me alcanzaría para responder “quién soy”?

Si te hicieran la pregunta “¿quién eres?”; ¿qué responderías? Posiblemente te quedes pensando unos minutos y responderías “pues yo soy yo” o quizá respondas como yo, diciendo tu nombre, pero ¿eso es lo que realmente eres?

Pues bien, la importancia del autoconocimiento radica en tres puntos;

El primero de ellos tiene que ver con tener un proyecto de vida, saber qué te gusta, qué te disgusta, cuáles son tus habilidades, qué aptitudes tienes, cuáles son tus fortalezas, en qué puntos tendrías que mejorar, en qué inviertes tu tiempo, qué actividades te gustaría realizar, entre muchas otras preguntas que giran en una profunda autorreflexión. Cabe mencionar que el camino para llegar a las respuestas de aquellas preguntas que se vayan teniendo no es un camino fácil, por el contrario, es un sendero complejo y complicado por transitar, pero necesario, ya que una persona sin un proyecto de vida bien definido, teniendo en cuenta sus circunstancias, pocas veces logra un desarrollo personal íntegro e integrado a la sociedad. Conocer sobre ti, te ayuda a saber qué quieres en la vida y poder fijar tus metas a corto, mediano y largo plazo. Un proyecto de vida, a partir del autoconocimiento, es una brújula que te permite caminar con buen rumbo a tus objetivos.

Por otro lado, el autoconocimiento permite tener congruencia en la vida diaria. Al saber cuáles son tus pasiones y tus destrezas podrás tomar mejores decisiones, no sólo para la vida laboral sino para la vida cotidiana. En ese sentido, la toma de decisión se vuelve más personal, no serán otras personas las que tomen las decisiones por nosotros. El autoconocimiento nos orilla a ser más responsables en las elecciones importantes de la vida, ejemplo de ello puede ser la elección de un trabajo.

Finalmente, todos los días existen aprendizajes nuevos, por lo tanto, todos los días vamos cambiando, es evidente que no eres la misma persona que eras cuando tenías 10 años, la persona de ahora es diferente, tiene más conocimientos, ha tenido un sinfín de experiencias, por lo que hacerte la pregunta ¿quién soy? Conlleva una respuesta diferente en la medida en que el tiempo toma su curso.

Hay un dicho popular que nos ayudaría a vislumbrar este punto:

“Somos como piedras de río que con el roce nos pulimos”

A lo largo de nuestra vida estamos en constante roce con otras personas, este roce no es más que la interacción con nuestro entorno, y es nuestro entorno parte de nuestra identidad, es decir, que construimos nuestra identidad a partir de nuestro entorno. Así como nosotros cambiamos; cambia nuestro entorno, incluso podríamos decir que cambiamos con él, la constante en estos enunciados es el cambio, por lo tanto, saber quién eres es un proceso que no acaba, pero que es relevante y de suma importancia, ya que nos trae más beneficios de lo que se piensa. Aunado a esto, conocerte a ti te ayudará a hacerte amigo de ti mismo, no es tan descabellado, como parece, llevarse bien con la persona con la que convives todos los días: contigo misma.

Y tú; ¿quién eres?

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