Vocabulario solidario

En México, existen cerca de 7 millones de personas con algún tipo de discapacidad, y se calcula que 3% de la población tiene discapacidad intelectual, en este sentido, el lenguaje para dirigirnos a ellos debe ser incluyente, es decir, aquél que fomente una cultura de respeto. Las personas con cualquier condición, ante todo son personas y tienen el derecho de ser tratados con cortesía, al igual que el resto de la sociedad.

La Federación de Organizaciones de Personas con Discapacidad Intelectual de Madrid (antes FEAPS) dice que el lenguaje es una cuestión de actitud, no de aptitud, y en armonía con lo anterior, el término “persona” debe situarse antes que su discapacidad, poniendo el énfasis en la persona y no en la discapacidad.

Para lo anterior, elaboró un decálogo con 10 recomendaciones:

  1. Mostremos el lado positivo de la discapacidad.
  2. Atendamos a las soluciones, más que a los problemas.
  3. Permitamos que las personas con discapacidad hablen por sí mismas.
  4. Digamos “personas con discapacidad”.
  5. Evitemos la imagen de una sociedad cerrada.
  6. Cuidado con los mitos en torno a la discapacidad.
  7. Informemos sin exagerar.
  8. Veamos todas las facetas.
  9. Utilicemos información “normalizadora” e inclusiva, no discriminatoria.
  10. Produzcamos información accesible y promovamos la accesibilidad a la información.

Actualmente, escuchamos nombrar a las personas con discapacidad con términos inadecuados que las hacen sentir ofendidas. Tomemos en cuenta que la discapacidad no es enfermedad, sino una condición de vida.

En este sentido, cabe mencionar el concepto que se definió en 2006 dentro de la Convención sobre derechos de personas con discapacidad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU): “La discapacidad es un concepto que evoluciona y que resulta de la interacción entre las personas con deficiencias y las barreras debidas a la actitud y al entorno que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás”.

A continuación, se muestra una tabla a manera de guía de usos correctos e incorrectos; la palabra persona siempre ocupa el primer lugar (Recomendaciones para uso del lenguaje en Discapacidad SENADIS. Gobierno de Chile).

Las necesidades de apoyos varían en todos los seres humanos, independientemente de la edad, salud, raza, orientación sexual, etcétera. Sin embargo, todas las personas son sujetas de derechos en igualdad de oportunidades.

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